Deudor o avalista: ¿a quién embargan primero?

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Francisco Garrido Pérez

Lejos de lo que podría parecer, recurrir a la figura del avalista todavía es muy común en multitud de operaciones comerciales: al firmar un nuevo alquiler, cuando contratas una hipoteca o incluso al pedir un préstamo personal a tu banco…

Aún así, ser avalista sigue despertando muchas dudas: ¿Qué consecuencias o riesgos entraña? ¿Cómo puedo dejar de ser aval? ¿Qué pueden embargarme? ¿Podría ir a prisión por deudas?
En Soluciona Mi Deuda queremos ayudarte a responder a todas estas cuestiones, así que en este post vamos a contarte todas las claves acerca de su funcionamiento.

De hecho, el primer punto que queremos abordar es la definición de avalista, ya que es bastante común confundir el significado de este término con el de aval:

  • Un aval es la garantía que ofrece el cliente al banco para asegurar que va a pagar la deuda contraída. De esta forma, un gran número de los bienes que poseemos pueden servir como avales: el coche, la casa, etc.
  • Por otro lado, el avalista es la persona encargada de aportar la garantía. Como en el ejemplo que poníamos anteriormente, podemos ser nosotros mismos utilizando alguna de nuestras propiedades, pero también es común que sea un familiar o una persona de confianza la encargada de asumir la deuda en caso de que esta se produzca.

Una vez vista esta distinción básica, vamos a contarte qué ocurriría en caso de que fueras el aval de una persona y tuvieras que hacer frente a sus obligaciones de pago.

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¿Qué pasa si soy el aval de una persona?

Como te hemos mencionado en el apartado anterior, tu primera obligación como avalista será la de asumir la deuda de la persona que has avalado con las mismas cantidades y condiciones que esta misma ha adquirido. Por ello, tendrás que cumplir una serie de compromisos:

  • El primero de ellos, que vas a responder con todo tu patrimonio presente y futuro para resolver la deuda. Esto implica que si no cuentas con la liquidez suficiente te arriesgues a estar sometido a embargos, y en los casos más extremos incluso pierdas tu casa o la propiedad que usaste como aval.
  • Tendrás que demostrar tu solvencia económica, para lo que la entidad procederá a realizar un análisis de tu situación financiera. Así, es muy común que el banco solicite al avalista las últimas nóminas, un registro de sus bienes y de su historial crediticio…
  • Tu nombre será inscrito en CIRBE (la Central de Riesgos del Banco de España). CIRBE no es un fichero de morosidad, pero si un registro en el que se recogen operaciones crediticias como el préstamo de dinero. Todos las entidades bancarias españolas tienen acceso a CIRBE, por lo que podrán saber que estás actuando como aval de una persona.
  • Además, otro factor fundamental a tener en cuenta es que los avales se heredan. Es decir, si el aval fallece, su heredero será responsable de asumir la carga económica en caso de impago.

Teniendo en cuenta todos estos puntos es muy importante que antes de aceptar ser el aval de un familiar o un conocido te asegures de que dicha persona cuenta con solvencia económica, pero sobre todo que tiene responsabilidad y compromiso suficiente como para no poner tu situación financiera bajo un riesgo innecesario.

¿Qué pasa si no paga el aval?

Ahora bien, ¿Qué ocurre si eres avalista y no puedes pagar? Este es, por descontado, el peor supuesto en el que te puedes encontrar, porque estás obligado a asumir la deuda sí o sí.

En el caso contrario, una de las primeras consecuencias inmediatas sería la de ver tu nombre inscrito en ficheros de morosidad como ASNEF. Sin embargo, la entidad no sólo realizará este movimiento. El siguiente paso sería realizar un estudio para comprobar si es cierto que el solicitante de la hipoteca o del préstamo personal carece de los medios suficientes como para devolver el dinero.

Si esto fuera así, el aval –como responsable de asumir el cobro de la deuda– podría ver como sus bienes o su salario son embargados en caso de que se niegue a pagar el dinero o de que no cuente con la liquidez suficiente como para hacerlo.

En estos casos, muchas personas se plantean soluciones desesperadas: pedir préstamos a entidades financieras online con intereses abusivos, alternativas como la reunificación de deudas con Cofidis… Sin embargo, pedir más dinero para pagar deudas nunca es la solución correcta.

Por el contrario, salir del sobreendeudamiento es mucho más fácil –y adecuado– recurriendo a expertos gestores de deuda. En Soluciona Mi Deuda ayudamos a particulares y autónomos a ponerle fin a las deudas a través de dos mecanismos: la reunificación y la Ley de Segunda Oportunidad.

Mediante la primera, nuestros abogados negociarán con los bancos con el objetivo de reducir tu deuda –e incluso exonerarla si existen intereses y cláusulas abusivas–, por lo que estarás protegido y asesorado legalmente en todo momento. Por otro lado, con la Ley Segunda Oportunidad es posible poner fin a cualquier tipo de deudas y comenzar de nuevo sin cargas económicas a tus espaldas. También te recomendamos que antes de contraer una deuda conozcas exactamente su tipología. Nosotros te informamos sobre la deuda flotante.

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¿Qué es lo primero que embargan?

Si el embargo llegara a hacerse efectivo, existen ciertas normas que indican el la prioridad de los bienes que han de ser embargados: aquellos que tengan mayor facilidad y un menor impacto para el deudor o su avalista. Normalmente, el orden seguido es el siguiente:

  • Dinero y cuentas bancarias.
  • Joyas o artículos artísticos que tengan algún tipo de valor.
  • Rentas.
  • Bienes inmuebles: viviendas, coches…
  • Por último, cualquier tipo de ingresos que la persona posea: nóminas, pensiones. Los ingresos embargables dependen del salario mínimo, de forma que el porcentaje será del 30% siempre que el dinero que ganas esté comprendido entre el salario mínimo –1.050 euros– y el doble de esta cifra.

¿Cuándo prescribe una deuda por un aval?

Puede que esta sea una de las preguntas que te venga a la cabeza si eres avalista o si has contraído alguna deuda con tu entidad bancaria. Efectivamente, de acuerdo con las leyes españolas las deudas cuentan también con un plazo de prescripción que varía en función de la naturaleza de las mismas:

  • Si se trata de deudas con Hacienda o la Seguridad Social, 4 años.
  • SI son deudas hipotecarias, 20 años.
  • Si son deudas adquiridas al haber contratado un préstamo personal o una tarjeta de crédito, 5 años.

Sin embargo, estos plazos sólo se harán efectivos siempre y cuando se cumplan dos condiciones:

  • La primera de ellas, que el acreedor no haya reclamado la deuda.
  • La segunda, que el deudor no haya reconocido la existencia de la deuda, para lo que no debería existir ningún tipo de documento que acredite su existencia.

Por supuesto, que se cumplan alguna de estas dos condiciones no suele darse en casi ningún supuesto, ya que las entidades siempre reclaman la deuda, ya sea judicial o extrajudicialmente.

 

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¿Qué puedo hacer para dejar de ser aval de una persona?

Dejar de ser avalista en algún préstamo es un proceso bastante complicado que deja pocas vías de actuación.

Normalmente, para dejar de ser aval la opción más recomendada será negociar con la entidad bancaria con la que el préstamo o la hipoteca, ofreciéndoles opciones alternativas: un nuevo avalista que sustituya al anterior, ofrecer una de nuestras propiedades o bienes inmuebles como aval o suprimir esta figura del contrato porque contamos con el dinero suficiente como para hacer frente al préstamo.

Sin embargo, también existe la posibilidad de recurrir a la vía judicial, amparándose en la nulidad de la cláusula que reconoce la existencia del aval.

¿Cuánto cuesta quitar un aval?

Teniendo en cuenta los procedimientos mencionados, es probable que si decides eliminar la figura del avalista de tu contrato el banco cobre una comisión por cancelación, que dependerá de las condiciones estipuladas por la entidad en particular.

De hecho, podríamos decir que eliminar la figura del avalista responde únicamente a la decisión que el banco tome.

Llama a Soluciona Mi Deuda de forma gratuita o rellena nuestro formulario para conocer las alternativas que tienes y salir del sobreendeudamiento de una vez por todas.

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