Todo lo que necesitas saber para pedir un préstamo si tienes deudas

Rita Báez
Rita Báez

Las deudas son una situación financiera difícil de controlar, ya que los intereses acumulados pueden hacer que el importe total se vuelva excesivo y difícil de pagar. Una opción que muchas personas consideran es pedir préstamos para pagar deudas. Esto puede ser una buena idea en ciertos casos, pero hay que tener en cuenta algunos factores antes de tomar una decisión. Si piensas que los préstamos son la solución a tus deudas, quédate leyendo este artículo. ¡Te hablamos de todo lo que necesitas saber sobre los préstamos con deudas

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¿Cuál es la mejor reunificación para mis deudas?

Con esta guía podrás decidir la reunificación de deudas que mejor se adapte a tu situación, y agrupar todas tus cuotas en una sola de menor cantidad.

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Ventajas e inconvenientes de pedir un préstamo para pagar deudas

Uno de los principales beneficios de pedir un préstamo cuando tienes deudas es que puedes saldar tus obligaciones con las entidades. No obstante, esta opción no es más que adquirir un préstamo para reunificar deudas, algo que puede dañar aún más tus finanzas si no cuentas con la solvencia adecuada. Por tanto, puede no ser una solución definitiva a tu problema de deudas.

Ahora bien, agrupar todas las obligaciones en una puede ayudar a organizar mejor tus finanzas. Esto se debe a que el préstamo se pagará en una sola cuota al mes en lugar de varias cuotas mensuales. Sólo tendrás que preocuparte por un único pago y no tendrás que lidiar con varias deudas, algo que hará más sencillo la gestión de tu situación.

Algunos inconvenientes que debes tener en cuenta al pedir un préstamo para pagar deudas son: 

  1. Aunque el préstamo tenga una tasa de interés más baja que la deuda, puede que todavía tengas que pagar una cantidad significativa de intereses. Esto significa que el préstamo puede terminar costando más de lo que esperabas. 
  2. También debes tener en cuenta que el préstamo puede afectar tu historial crediticio. Esto se debe a que pedir un préstamo para pagar deudas significa que tendrás una nueva deuda en tu historial, lo que puede afectar tu puntuación de crédito. 
  3. Asimismo, debes considerar que si no puedes pagar el préstamo, tu situación financiera puede empeorar. Esto se debe a que tendrás que pagar los intereses generados por el préstamo, así como los intereses generados por la deuda original. Es decir, el importe total que tendrás que pagar puede aumentar significativamente. ¡Pagarás más en total!

En resumen, pedir un préstamo para pagar deudas puede ser una buena idea si puedes conseguir un préstamo con una tasa de interés más baja que tu deuda actual y si puedes pagarlo a tiempo. Sin embargo, también hay algunos inconvenientes, como el hecho de que el préstamo puede costarte más de lo que esperabas, que puede afectar tu puntuación crediticia y que puede empeorar tu situación financiera si no puedes pagarlo. Por lo tanto, antes de tomar una decisión, es importante que evalúes cuidadosamente tu situación para asegurarte de que la decisión que tomes sea la correcta para tu situación financiera.

Puede interesarte informarte acerca de qué es empeñar.

Si ya has tratado de saldar tus deudas con un préstamo y sigues sin acabar definitivamente con tus obligaciones, la mejor opción es acudir a asesoramiento financiero que te guíe y aconseje en función de las particularidades de tu caso. En Soluciona Mi Deuda contamos con un equipo de asesores especialistas en el ámbito legal y financiero que ayudan a diario a cientos de personas endeudadas. ¡Consúltanos gratis y sin compromiso!

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Posibilidades de pedir un préstamo teniendo hipoteca

Para pedir un préstamo teniendo una hipoteca, primero debes acudir a tu entidad bancaria y tramitar la solicitud. Ellos evaluarán tu perfil financiero para determinar si eres apto para recibir un préstamo y en ese caso, te informarán de los términos y condiciones -plazos de devolución e intereses a pagar-. Una vez aprobado, te transferirá la cantidad solicitada.  Pero, ¿qué opciones reales tienes de que aprueben una financiación cuando tienes una hipoteca?

Si cumples cada mes con las cuotas de tu préstamo hipotecario, probablemente no tendrás ningún problema en que te concedan el dinero que quieras. Sin embargo, si te encuentras en impago, las posibilidades de que aprueben un nuevo préstamo se verán reducidas

Pedir un préstamo con una hipoteca puede ser una solución financiera útil, siempre que tomes la decisión con responsabilidad y conocimiento de causa. Es importante considerar que, al contratar un préstamo, obtendrás una cantidad de dinero que deberás devolver con intereses. Lo que implica que si no tienes cuidado, puedes terminar con una deuda más grande de la que tenías antes de contratar el préstamo e incluso enfrentarte a desagradables consecuencias como el embargo de tu vivienda.

Ten en cuenta que es posible que te sobreendeudes al solicitar un préstamo además de tu hipoteca, ya que tendrías que pagar dos cuotas mensuales -la de ese préstamo y la de la hipoteca-, ocasionando una sobrecarga financiera que no puedas afrontar. En definitiva,  a lo que nos referimos es que pedir un préstamo para pagar tu hipoteca u otros préstamos es muy peligroso si no te has asegurado antes de contar con unas finanzas firmes que te permitan afrontar el pago de tus deudas.

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Posibilidades de pedir un préstamos sin tener propiedades

Si en tu caso no tienes hipoteca o propiedades, estos son el tipo de financiaciones a los que puedes recurrir:

  1. Préstamos personales. –  Son una forma de financiación a corto plazo sin garantía para financiar los gastos personales. Son una de las formas más comunes de financiación sin propiedades. 
  2. Tarjetas de crédito. – Se trata de una forma de financiación a corto plazo sin garantía. Estas tarjetas permiten al usuario comprar bienes y servicios con una línea de crédito asignada, y luego pagar los saldos en plazos mensuales. 
  3. Microcréditos. – Son financiación a más corto plazo y también las que más altos intereses cargan. ¡Cuidado con ellos! Son habitualmente utilizados para salir del paso en meses complicados o pagar deudas con cuotas altas.
  4. Préstamos del gobierno. – Si estás buscando financiación a largo plazo para un proyecto o actividad, es posible que puedas obtener un préstamo del gobierno. Estos préstamos no requieren garantías y pueden ser una forma efectiva de financiar tu proyecto.

Ahora bien, debes tener en cuenta que pueden llegar a denegar el préstamo por no poder ofrecer ninguna garantía o aval. En estos casos es fundamental no acudir a prestamistas privados o préstamos con ASNEF, ya que la procedencia de estos puede ser dudosa y los intereses desorbitados.

Aún así hay algunas cosas que puedes hacer para mejorar tu situación financiera. 

  1. Mejora tu historial de crédito. – Uno de los principales motivos por los que los prestamistas deniegan préstamos sin garantía es porque el solicitante tiene un mal historial de crédito. Si has tenido o tienes problemas de deudas, puedes conseguir liquidarlas mediante un procedimiento de negociación con las entidades con la ayuda de expertos. Esto te ayudará sin duda a mejorar tu puntuación crediticia y aumentar tus posibilidades de obtener el préstamo. 
  2. Reduce tus deudas. –  Si tienes un alto nivel de deudas, lógicamente será más difícil obtener un préstamo sin garantía. Para mejorar tus posibilidades de obtener un préstamo, intenta reducir tus deudas lo más rápido posible. Esto puede ayudar a reducir el riesgo para el prestamista. Puedes conseguirlo liquidando tus deudas poco a poco con empresas negociadoras como Soluciona Mi Deuda que te ofrecen un plan de pagos mensual en una única cuota agrupando todas tus deudas. Además, si te encuentras en una situación de insolvencia inminente, podrán valorar el iniciar el procedimiento de la Ley de la Segunda Oportunidad con el que podrías beneficiarte de la exoneración. Ambos procesos sin tener que endeudarte más. 

Si tienes deudas que resolver, evita préstamos que te endeuden más. Acude a Soluciona como ya lo has hecho miles de familias en España. Regístrate en nuestro formulario o llámanos al 910916445

Preguntas frecuentes

Es importante tener en cuenta que no pagar un préstamo puede tener consecuencias graves. Si no puedes hacer los pagos del préstamo, es importante que hables con la financiera lo antes posible para ver si hay alguna solución alternativa. Si no puedes llegar a un acuerdo y no haces los pagos, la financiera puede tomar medidas para recuperar el dinero prestado.

Una de las primeras medidas que la financiera puede tomar es enviarte recordatorios y avisos de que debes hacer los pagos. Si sigues sin hacer los pagos, la financiera puede optar por incluir tu deuda en una lista de morosos. Esto puede tener graves consecuencias para tu historial crediticio y puede hacer que sea más difícil obtener préstamos en el futuro.

Si sigues sin hacer los pagos, la financiera puede optar por demandarte en juicio. Si ganan el juicio, pueden obtener una orden de pago o una hipoteca sobre un bien que poseas, como tu casa o tu coche, para recuperar el dinero prestado. Esto significa que la financiera podría vender el bien para obtener el dinero del préstamo. Además, si no pagas un préstamo, es posible que la financiera te cobre intereses de demora y cargos adicionales. Estos cargos pueden hacer que la deuda sea aún más difícil de pagar y pueden aumentar significativamente la cantidad total que debes.

En general, una deuda o préstamo se considera «caducado» o «prescribido» cuando ha transcurrido un cierto período de tiempo sin que se haya hecho ningún pago ni se haya reclamado. La duración de una deuda o préstamo depende de varios factores, como el tipo de deuda o préstamo, el acuerdo al que se llegó con la financiera o prestamista y las leyes del lugar donde vives. 

En España, las deudas sin garantía, como las deudas de tarjetas de crédito o deudas de préstamos personales, tienen un período de prescripción de 5 años, mientras que las deudas con garantía, como los préstamos hipotecarios o los préstamos para la compra de un coche, tienen un período de prescripción de 20 años. Las deudas públicas, como las deudas con Hacienda o la Seguridad Social, prescriben a los 4 años.

Lo más importante para comprender la prescripción de deudas es entender que para que una deuda prescriba, debe no haber sido reclamada durante ese periodo. El tiempo límite se renueva cada vez que la deuda ha sido reclamada de nuevo.

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