¿Qué pasa si no pago la deuda de mi tarjeta de crédito?

Hacer grandes compras y poder pagarlas a plazos es posible con una tarjeta de crédito. Este producto financiero es uno de los productos más utilizados entre los usuarios por sus numerosas ventajas pero, también es uno con el que más fácil es endeudarse. Aprovecha además para conocer más sobre este tipo de productos y descubre los seguros que existen para tarjetas de crédito.

Cuando decidimos usar una tarjeta de crédito debemos tener presente que no deja de ser un tipo de financiación con la que el banco nos presta un capital a cambio de devolvérselo con sus intereses correspondientes. Por ello, las tarjetas de crédito solo deben utilizarse cuando estamos completamente seguros de que vamos a poder pagarlas. 

Entendemos que nadie pide una tarjeta de crédito con el fin de endeudarse pero también sabemos que los imprevistos de nuestro día a día y el propio funcionamiento de estos productos hacen que muchas veces acabemos contrayendo deudas.

Estas tarjetas, también llamadas tarjetas revolving, suelen incluir altísimos intereses que apenas permiten amortizar capital con las cuotas mensuales. Esto sumado a cada nuevo gasto que realizamos con la tarjeta -y con el que nos aplican nuevos intereses-, tenemos como resultado el vernos envueltos en un círculo vicioso de deudas en el que por más cuotas que paguemos no terminamos de saldar nuestra cuenta. Pero, ¿qué pasa si no pago una tarjeta de crédito? 

Lo primero que ocurrirá es que el banco se pondrá en contacto con nosotros para pedirnos explicaciones del impago. Al mismo tiempo la deuda comenzará a crecer ya que nos penalizarán con intereses de demora diarios que se acumularán a los que ya nos cobran por el capital prestado.

Asimismo, aunque cada entidad actúa de forma distinta ante el impago, las consecuencias suelen ser mayores cuanto más tiempo transcurre sin que se pague. Además del incremento de la deuda, algunas de las consecuencias del impago son: 

• Daños en nuestro historial crediticio. – El registro de las financiaciones que hemos solicitado se verá afectado ya que en él figurará que tenemos una deuda pendiente con alguna entidad. Esto supondrá que pasamos a ser morosos por el impago de la tarjeta de crédito y nos perjudicará si en algún momento futuro queremos financiar algún otro proyecto pues mostrará a las financieras que no hemos sido buenos pagadores.
• Acoso telefónico. – Otra consecuencia que pasa si dejas de pagar una tarjeta de crédito es el acoso telefónico, es decir, llamadas incesantes de empresas de recobro de deudas contratadas por la entidad a la que debemos dinero. Estas empresas se ocupan de recuperar el importe que adeudas a cambio de una comisión y para ello utilizan estrategias de cobro agresivas con amenazas en la mayoría de los casos. Ante sus métodos debes mantener la cabeza fría para que el miedo no se apodere de ti y tomes decisiones erróneas que pueden acabar empeorando aún más tu situación. Nos referimos, por ejemplo, a pedir un préstamo para hacer frente a las mensualidades pendientes. Esto puede ser una mala idea, sobre todo si no cuentas con la solvencia suficiente ya que lo único que estarás haciendo es aumentar tu deuda y tu nivel de sobreendeudamiento.
• Embargo. – El banco o la financiera puede decidir reclamar el pago del importe que les debes iniciando un juicio monitorio. Se trata de un procedimiento legal a través del cual la entidad puede exigir el cobro de deudas líquidas, determinadas, vencidas y exigibles, y que podría acabar con el embargo forzoso de todos tus bienes y patrimonio.